**MUJERES AL DESNUDO**
Historias femeninas nunca contadas

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05.04.2009 20:11 / Mis artículos

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Una de ómnibus...

Un día normal, una tarde como cualquier otra, un viaje más de regreso a casa.

Estirando mi dedo índice espero que el ómnibus no pare demasiado lejos del cordón.

El camino lo mismo de siempre, las mismas tiendas, las mismas caras, diferentes personas, pero las mismas igual.

Miro por la ventana y dejo que mi mente tome su propio viaje. Por momentos alguien sube y miro sin mirar, aprovecho para bostezar, toser o simplemente refregarme el aburrimiento del rostro, para retomar los 40 minutos diarios del ritual de la ventana de un ómnibus.

Hasta ese momento era un dia más, lo que no imaginaba era que una de esas miradas no serían sin mirar. Mi viaje de un momento a otro cambió su destino a unos ojos negros que me sonreían mientras avanzaba dirigiéndose a un asiento.

Nunca pude mirar a alguien más de un segundo a los ojos, pero esa vez había quedado encandilada, me miraban y yo simplemente miraba. Fue sólo un momento, pero algo pasó.

Si cupido existiera lo explicaría mejor, y no hablo de amor, hablo de atracción.

A pocos asientos de mí estaba él, me seguía mirando sin mirar, y comenzó a hablarme, sin hablar.

El momento de bajar se tornó en una despedida forzada. Pensé en hablarle pero mi corazón tímidamente sugirió que no hiciera nada, y eso hice pero sin resignarme.

Bajé en mi parada, casi sin querer miro hacia donde él estaba, y con un gesto en su rostro que decía "muy bien" contrayendo su mentón y estirando sus labios en gesto de aprobación, como si estuviera calificando ese momento y como si hubiera estado escuchando todos mis pensamientos. Sin entender lo que estaba haciendo hice el mismo gesto.

Mientras caminaba hacia mi casa, fantaseaba con la idea de que él se bajara en la próxima parada, pero no. era muy loco. mmm por qué no??

Vuelvo a la realidad de la esquina de mi casa, cambió el semáforo, voy a cruzar, pero miro por mirar y ahí estaba, frente a mí, caminando hacia donde yo estaba.

Me invadió la sensación de estar soñando y el vértigo de saber que estás soñando y no querer despertar.

Un tímido "hola" salió de su boca, y una sonrisa nerviosa confesó que él tampoco sabía qué hacíamos ahí.

El bar del barrio fue nuestro refugio por horas, conversamos como si nos conociéramos de años.

Ese fue el comienzo de una historia que duró un tiempo.

Como todo viaje tiene un fin, y como en la vida misma, tenemos compañeros de viaje ocasionales. A veces podemos compartir un viaje entero, y otras veces compartimos un recorrido, aunque el destino no sea el mismo.

Algunos nos bajamos antes, otros después. Incluso hay quienes se toman el "ómnibus" equivocado.

Muchos viajes más pasaron desde ese tan especial, pero en mi habitual ritual de regreso a casa donde mis pensamientos viajan, aún me visitan esos ojos negros, que dejan mi sonrisa reflejada en el vidrio de la ventana.




16.02.2009 13:48 / Mis artículos

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Esas extrañas diferencias...
Esas diferencias que son tan marcadas entre el hombre y la mujer. Que nos hacen ser seducidos unos por otros, nos divierten, nos lastiman y hasta a veces nos condenan.
Lo que admiro y admiraré siempre de los hombres es esa capacidad de restarle importancia a las cosas, de vivir el día a día y despreocuparse.
Viernes a la noche, tomando una cerveza entre amigos en la rambla, veo que uno de los chicos comienza a mensajearse con alguien. Era evidente, por comentarios que hacía, que era una chica, y estaban coordinando un encuentro. Eran las 2 de la mañana, el chico en cuestión estaba asegurandose su famoso "trasnochero". No pude con mi condición femenina de no querer perderme nada y pispié lo que escribía. Decía, ok nos vemos en 15 minutos...
Ahí estaba yo, observando como aquél ser, estaba muy campante tomandose una cervecita, con el pelo desarreglado, y vaya a saber uno si se había bañado. La cuestión es que el muchacho gozaba de cero stress y sabía que en 15 minutos tendría una cita. Ahi mismo sentada en la rambla y con alguna cervecita encima me puse a reflexionar sobre lo diferente que eramos hombres y mujeres. A la mente se me vino la imagen de la chica corriendo al baño a depilarse, peinarse, obviamente bañarse y quizá hasta maquillarse para estar lista en 15 minutos. Hasta pude sentir sus cosquillas en la panza. Y el muchacho nada, ahí tranquilo, seguramente arreglaría todo con un chicle de menta y listo. Qué fácil no? No me voy a poner a discutir si está bien o mal, yo que sé, es así y pasa.

Son diferencias abismales inexplicables, y tan naturales como inevitables.

Otra diferencia importante es cuando nos enojamos con nuestro chico. De repente él nos dice que no nos va a llamar, y seguramente no nos va a llamar.
Nosotras decimos no te voy a llamar más, y además de decirlo con tono histérico pretendiendo aparentar ser mujer superada, seguramente lo volvamos a llamar. Y si no lo hacemos estaremos pendientes de que él nos llame.
Esa noche de ruptura seguramente el chico salga o se junte con sus amigos, no es que no le importe, puede estar triste por dentro. Pero seguramente la pase bien, hasta se ría!
Nosotras sin embargo, llamamos a alguna amiga para que nos haga de pañuelo, y no paramos de hablarle de ese chico.

Nosotras solo pedimos que nos respeten y nos quieran, ellos solo piden que no les rompan las pelotas. El tema es que nosotras nunca entenderemos qué es lo que les rompe tanto las pelotas, ni ellos entenderán cómo hacer para hacernos sentir queridas y respetadas.




31.01.2009 20:04 / Mis artículos

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Ese maldito mensaje que nos vuelve locas, necesario como gota de agua en un desierto.

Luego de una noche apasionada, de esas que tenemos con el chico que nos tiene con la sangre en el ojo hace tiempo. Y de un momento a otro, luego de tirarle tantas indirectas e incluso algunas directas, se nos da.

En esos momentos que ya no nos importa si nos quiere o no nos quiere, sólo que nos de un poco de su sexo que hace tiempo lo venimos teniendo en sueños.

La noche generalmente resulta maravillosa, no sólo para nosotras, sino que gracias a nuestro esmero en demostrar en una sola noche lo locos que los podemos volver, para ellos resulta sin dudas, una noche inolvidable.

Al día siguiente, cometemos a consciencia, la estupidez de mandarle un mensaje de texto. Sólo como un pequeño gesto. Sabemos que ese chico no es para nosotras, y que sólo fue esa noche, lo tenemos clarísimo, no necesitamos que nos lo recalquen todo el tiempo. Sin embargo, el cruel muchacho, transformado en cromañón para nosotras, no responde.

En ese momento nos sale de adentro la mujer despechada, bestia peligrosa si las hay. Y en vez de un sms enviamos 10. Uno para decirle que ya sabemos que no somos sus novias, otro para decirle que no se crea tan lindo, y otro para... y para...

Acaso es tan difícil por educación responder 1 solo sms sin ver en su dedo anular una alianza?

Esta es una de las tantas reacciones masculinas que las féminas que intentamos ser liberales nos preguntaremos siempre.




27.01.2009 10:17 / Mis artículos

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No estoy preparado...

Una frase que suena tan sincera como vacía.
Hace varios meses estamos de novios, parece que algo le dió miedito, y sin que nadie dijera nada, confiesa: "No estoy preparado para vivir en pareja"
Desvío mi vista como si no hubiera escuchado nada. Sigo hablando del tema pero trando de esquivar el tema en sí, digamos que remo la conversación hasta que se va.
Y sí, luego de escuchar esas palabras no me quedan ánimos de seguir hablando, ni intentando y mucho menos seguir la relación. No era mi intención vivir en pareja, por lo menos por ahora, pero esa actitud ya me demuestra cierta cobardía.
Cierro la puerta, camino hacia mi cuarto, me muevo lento, me siento pesada y a la vez vacía, caigo en mi cama miro hacia el techo y me pregunto: "preparado para que!????, cuándo uno está preparado??
Cómo sabés si estás preparado??? Nadie está preparado para nacer, no estamos preparados para crecer, y mucho menos para morir, sin embargo pasa.
O acaso alguien te pregunta en algún momento si estás preparado para sufrir o para equivocarte?
Qué es estar preparado?? Preparado para qué?? Creo que en el fondo de esa frase se esconde un miedo, y es el miedo a vivir. Hay personas que le temen a la vida misma, prefieren no involucrarse para no sufrir, prefieren no arriesgar para no perder, prefieren no vivir??
Ven como la vida les pasa por el costado, y sin embargo se alivian de no haberse visto perjudicados.
Nadie está preparado para ser hijo, tio, padre, la vida misma te va enseñando cada día, se va haciendo camino al andar.
No entiendo eso de declararse "no preparado", yo no estaba preparada para perder a mi viejo, tampoco estaba preparada para vivir en pareja, mucho menos separarme y ni hablar de sacar adelante a mi hijo sola. Sin embargo aquí estoy, en medio del baile y bailando. Y además, con una sonrisa! Porque la vida es mía y no dejo que me la cuenten.
No creo ser la mejor madre del mundo, ni la mejor amiga, pero así lo creen mi hijo y mis amigas, y saben qué, nunca me sentí preparada para eso, y nunca esperé a estarlo.
Esto pasa en todos los ámbitos, tanto en lo personal como en lo laboral, si hubiera esperado a estar preparada para hacer lo que me gusta por mi cuenta, todavía estaría repartiendo folletos en una avenida.
Preparado para qué!!! me pregunto todavía. Dónde dan ese diploma??? Si alguien sabe avisenme! De mientras sigo mi vida, sin saber si estoy preparada, pero dispuesta a vivirla.



23.01.2009 18:23 / Mis artículos

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Si bien hay un viejo dicho que dice: "más vale chiquita y juguetona que grande y boba".

Hay "pequeñas situaciones" en las que una llega a dudar que esto sea cierto, y por más que ponga toda su voluntad, el caso termina siendo frustrante, he aquí uno de ellos.

Contaba con 25 años, y si bien no había recorrido una extensa galería de miembros masculinos, sabía muy bien cual era el tamaño estándard y demás.

Recién me había separado de mi pareja con la cual conviví tres años. Y pensé que era buen momento para darle una oportunidad a aquel compañero de facultad que hacía más de 4 años venía teniendo varios intentos de acercamiento.

Recordé que además de ser muy lindo, siempre había sido muy dulce conmigo, y se había interesado en mí, incluso cuando yo tenía pareja. Llamaba a mi casa maternal cuando yo estaba en pareja para saber si yo estaba bien. Que chico tan educado! Decía mi madre, teniéndola desde ya comprada. Todo esto hacía que para ese entonces fuera mi candidato ideal, mi príncipe azul.

Para su sorpresa lo llamé y lo invité a casa. Sin pensarlo aceptó la propuesta. Cuando quise ver estábamos tomando un vino en mi living y recordando viejas épocas. La falta de afecto que padecía en ese momento me hacían verlo más lindo que nunca, y el vino hizo que de un momento a otro, estuviéramos desnudos, piel con piel.

Susurros entre besos exclamaban un "por fin!". Su piel suave, su pecho firme, su abdomen marcado, su.....cheezito! No podía ser verdad, seguramente necesitaba un poco más de estímulo para que diera a conocer su poderosa arma. Lo intenté todo, pero el tamañito era inmutable. No había movimiento que lo intensificara.

En ese momento me sentí la mujer más infeliz del mundo, sentí que me había comprado la entrada al paraíso cuando éste estaba cerrado, había instalado mi carpa en el lugar equivocado, me había puesto bronceador en un día nublado. Entonces fue ahí que me puse a llorar, sí, a llorar. No sabía cómo disimular, pero tampoco quería lastimar ni ofender a mi, a esa altura, "prin sin pito" azul.

Al notar mis lágrimas tuve que explicarle que aún estaba muy sensible por mi separación (bla bla bla). Con la dulzura que lo caracteriza, entendió a la perfección y suspendimos el acto... fallido.

Fue una gran decepción, no solo porque era el fin de ese romance eterno e idealizado. Sino porque sufrí en carne propia que algunas veces, el tamaño sí importa!, y a los dichos cotidianos, nunca más les hice caso.

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"Como una rosa nos iremos desnudando pétalo a pétalo y mostrando cada secreto guardado en ellos..." Las personas e historias aquí contadas pertenecen a la vida real, cualquier semejanza con la ficción es pura coincidencia!!

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