Divagues en cuento de Gracee
Una atrevida forma de pasar el tiempo - Gracee Marty

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17.05.2008 15:38 / Cuentos cortitos

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El hombre, sintió que sus pies, se estaban convirtiendo en barro.

Miró al cielo y dijo: Amén.

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Millones de chinos, a las tres de la tarde esperaban volver a sus casas para festejar el año nuevo, otros caminaban sin rumbo, menos Li.

Ella, en Shangai, había descubierto su espacio.

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Entonces, caperucito rojo miró el entorno. Había logrado otra vez su objetivo: comerle la voz a loba feroza.

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Era tan vasto, tanto ese valle, tanto, tanto, que un día, al querer volver, se perdió.

Le crecieron miles de arboles, en uno de sus brazos. Y fue bosque.

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La madre buscaba una explicación ante el embarazo de Susana, de tan sólo diesisiete años. A veces, la memoria tiene alas y pierde sus raíces. Con treinta y cuatro años, no sentía deseos de convertirse en abuela.

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No creía en héroes, cuando corrió como loco a rescatar a los niños.

En la carretera un automóvil preso de las llamas, comenzaba a hundirse en el recuerdo.

Foto por Carlows




15.05.2008 20:45 / Cuentos Divagados

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La mayoría de los flamantes adolescentes sufren, porque ven que la naturaleza, los desaloja de su cuerpo de niños sin aviso y el mundo de los adultos está aún ajeno y lejano. Se sienten envueltos en una serie de cambios que el crecimiento les genera en lo físico, que a su vez les produce un intenso desajuste psicológico, definido por crisis de identidad y por sentimientos de ambivalencia. Se preguntan ¿quién soy? y ¿qué soy? Y sienten la dualidad de desear y temer a la vez cuestiones fundamentales para su vida”. (Silvia Nieto)

Rosa Margarita del Campo,  era una hermosa adolescente. Estaba cansada de pertenecer a una larga y ancestral familia de arraigadas tradiciones. Rosa Margarita II era la tátara tátara nieta  del rey Jacinto I de Zhou, quien había motivado a un Clavel a  que  diseñara juegos  con flores y plantas para su reino.Su abuela Violeta, le había comentado que su bisabuela Clavelina también estaba cansada de seguir la tradición (iniciada por el ancestro Jacinto I) la por la cual las pequeñas  nacidas en la familia llevarían el nombre de  todas las flores. Rosa Margarita, se deshojaba de amor por Agapanto cosa que la tenía enojada  porque  a diferencia de sus otras hermanas,  ella buscaba un novio lejos del jardín. Pero Agapanto era tan fino y elegante que la había cautivado.Agapanto por su lado, había estado en la Oficina general del Registro de Nombres una tarde, porque quería que un juez imparcial, le pudiera cambiar su situación: Agapanto no deseaba  ser flor.  Adelantado Trawler, observaba atentamente al peticionante y pensaba en la tristeza del joven...Durante días, Adelantado Trawler, pensó en un nombre bonito, para  la nueva figura de Agapanto. Una noche, ya estudiados más de tres mil nombres  de los cuales seleccionó tres, sabía que entre esos tres uno de ellos sería el adecuado para Agapanto.Al día siguiente, muy temprano se decidió llamar a Agapanto y hacer el cambio.Agapanto, recibió el llamado muy entusiasmado; incluso ése día, se peino los pistilos con gel. -       Me gusta este peinado Punk, se dijo, me hace sentir diferente. Así contento, llegó a la oficina del juez.Adelantado Trawler, había escrito los tres nombres en unas bellas hojas de papiro y cada uno de ellos lucía inquietante,  misterioso, y provocador.-       Babor, Timón  y Estribor, dijo en voz alta el juez, y,  con una sonrisa de satisfacción, se frotaba las manos.-       Elija Ud. Señor Juez, no conozco ningún nombre fuera de los que me han rodeado desde siempre.  No conozco el mundo, más allá del jardín y tampoco conozco a  otros seres más que a las flores. Ud. ha sido el primer ser diferente que conocí.     -       No, no, escoge tú, este será tu nuevo nombre y un nuevo camino que trazarás, dijo mientras pensaba, serás uno de los míos.                                                                                                                              Agapanto estaba tan nervioso y emocionado, que no podía pensar, por lo cual cerró los ojos y a suerte, eligió uno de los tres papiros.   -       Timón?, preguntó con enorme asombro Rosa Margarita. No conozco a nadie con ese nombre.-       Lo sé,  dijo el reciente Timón ex Agapanto y su rostro tomaba una felicidad marina.Pasaron los días y el recién estrenado  Timón, se sentía extraño, pero notaba que Rosa Margarita, estaba más enamorada; muy  pronto le diría de casarse y poder vivir juntos en una magnifica jardinera que había visto en las cercanías. Por momentos el aire del vivero, se mezclaba con el del mar que no muy lejos, comenzaba a llamarlo.Timón, (ex - Agapanto) se dejaba llevar como si las manos de las sirenas, tiraran de sus penachos. Por momentos, no sabía bien si quería seguir en el vivero o descubrir que encerraba, ese aroma salado que arqueaba su cuerpo. Al mes,  de su cambio de nombre, una tormenta terrible, desbastó el vivero.Por horas el viento y la lluvia anduvieron a su antojo, arrasando plantas desde la raíz, ramas enteras de los enormes arboles, hojas y flores. El cuadro era aterrador, los pequeños cuerpecitos yacían esparcidos  por el suelo. Todos  sabían el final que les esperaba; nunca llegarían a lucir en jarrones o jardines, meta de toda flor de vivero. La tormenta  había arrojado  en la orilla del mar a Timón, quien sentía nuevamente esa  extraña sensación marina  que comenzó a subirle por el tallo, enroscándose, hasta convertirse en un círculo tieso.  -       Busquen el timón, busquen el timón, gritaba un pirata con pata de palo de naranjo. Timón, adolorido aun por las revolcadas  y los golpes que recibiera en la tormenta, agobiado y cansado pensó que lo venían a rescatar. Ya no le quedaban fuerzas  para seguir y se desmayo, relajando su cuerpo hasta quedar como una flor deshidratadamente  liviana. La barredora mecánica comenzaba a limpiar las calles, luego siguió en  la playa en donde había muchos desperdicios. Dejaría todo completamente limpio.  Con sus dientes trituradores formaría una pasta para ser usada en la usina de combustibles reciclados. -       Oye, frena, frena, dijo el ayudante del chofer de la barredora. Aquí hay unas flores que deseo llevar a mi esposa, aun están buenas, creo que solo les faltaría agua dulce para revivirlas.Como si fueran sólo pequeños pélalos, fue recogiendo una a una  las flores que la tormenta había expatriado del vivero y las depositó en un cesto, el que también fuera recogido  en la limpieza de la ciudad. Al finalizar la labor chofer y ayudante  volvieron a sus casas, y la barredora mecánica satisfecha de su labor,  descansaba  en el mundo mecánico.-       Mira que lindas flores te traje, dijo el ayudante del chofer de la barredora, a su esposa. Si las pones, en agua revivirán. Anastasia, buscó un jarrón y lo lleno con una  botella del agua mineral. Fue colocando una a una, las pequeñas flores moribundas y algunas ramitas con hojitas temblorosas. El último,  fue Timón. Lo miro con extrañeza, ya que Timón, no presentaba lo que diríamos el aspecto de una flor. Si bien era una flor, más parecía esas ruedas que son la dirección para los barcos. No teniendo donde ubicar esa flor amaderada y curva,  la dejo de lado y fue a la habitación contigua por otro jarrón.-       No sé donde ponerte, dijo a Timón,  sin saber que éste la entendía, pareces un timón de barco, sin embargo tienes aspecto de flor.  Quizás, sería más conveniente,  que te colgara en la pared, junto a los cuadros... -       Timón no sabía muy bien de que hablaba aquella mujer, pero sí entendió, que ese no era destino para él. La deshidratación y los golpes de la tormenta comenzaban  cobrar otra víctima. Caía la noche como un leve susurro sobre las cortinas alegremente coloridas. El sol, como apiadándose de Timón, lo acarició tibiamente el cuerpecito  que se enfriaba  a cada momento. Agapanto, Agapanto sintió que le llamaban. Reconocía esa voz, era la voz del amor, de la vida, la voz de la felicidad que había tenido tan próxima, pero ya no podía responder.Una  abeja tardía que por allí pasaba, se percató de todo, y llamo a la brisa. Juntas, comenzaron a mover las flores del jarrón, de suerte tal que lo  volcaron, muy cerca de timón.Las flores al ver aquel tallo totalmente  desfallecido, reconocieron a Agapanto.Rosa Margarita, que  había sido  también herida, se apagaba.-       Agapanto, que locura has hecho! dijo Rosa Margarita, con voz ajada. Polinicemos, para poder vernos en la otra vida. Las esporas volaron por el aire, el sol, no se quería ir para cooperar en ese milagro.    Brisa y pájaros  convocados por las abejas   comenzaron a revolotear a llevar el polen a un lugar adecuado. De esta forma Timón supo, que podría vivir millones de veces, si era una flor, pero no así, como un timón.Aprendió que los cambios son para mejorar,  para superarse sin dejar de ser lo que somos, porque lo que somos es un montón de riquezas en el cofre sagrado de cada individuo. Cuando creció el nieto de Agapanto y Rosa Margarita, el pequeño Agapanto II, y  vieron que comenzaba a quejarse de su nombre y renegar de ser flor, le entregaron un papiro, con este cuento que les conté.Rosa Margarita III, recibió el mismo obsequio, unos meses antes.     




12.05.2008 23:00 / De la Revolución de los Cuentos

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De una extraña revelación sobre Blancanieves.

Parte I

“Hace mucho tiempo vivía una hermosísima reina. Un día cuando estaba cosiendo junto a la ventana, se picó un dedo con la aguja y una gota de sangre cayo sobre la nieve. La gota roja se veía tan hermosa sobre la nieve blanca que la reina se dijo: “Cómo quisiera tener una hija con la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano”.

Poco tiempo después su deseo se hizo realidad y tuvo una niña que tenía la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano. Entonces la reina le dio el nombre de Blanca Nieves. Desafortunadamente la reina murió cuando la niña aun era muy pequeña y al poco tiempo, el rey contrajo matrimonio nuevamente”.

 

Ufffffffff, que cansancio, dijo Blanquita, he pasado  años, siglos haciendo las mismas cosas. Con todo lo qué ha pasado y yo aquí dentro, encerrada entre letras y dibujitos coloridos. Si por lo menos, dejaran que los niños dieran color a mi vida con sus lápices pintando a su antojo cada lámina.

Mientras decía esto, Blanca iba borrando  capítulos enteros del cuento, hasta que en un momento sólo quedo su nombre y el bosque.

Blanca, se sentía feliz, por fin conocería el mundo. Corrió y salto y se divirtió con las bellísimas criaturitas del campo. Tuvo sed, una sed terrible,  de esas que sólo se sienten comiendo bolsas  de papas fritas saladas , y no había ni un miserable almacén, donde comprar un refresco helado como esos de de la publicidad. Gotas  como rocío cubrían su rostro adolescente .

Iría al lago a beber de su agua fresca y cristalina, saciando su juvenil sed.                                                 

El lago ofrecía un aspecto encantador, rodeado de fresas potencialmente envenenables, arboles con rojas y pecaminosas manzanas y florecillas coloridas que parecían danzar con el viento . Cerrando los ojos, Blan ca nie ves,   metió la cabeza dentro del lago como queriendo beberlo de un sorbo.

No conocía de espejos, ya que en el reino, por alguna razón, alguien los había destruido, con lo cual, sería la primera vez que aquella bella jovencita vería su rostro. 

De pronto, sus ojos, sus ojos enormes ojos, sus asombrados ojos, vieron lo que su mente no llegaba a comprender:

Blancanieves.... era... ne-gra ..., y aquel bello cabello lacio, largo, y negro, era una mota rojiza planchada con las cremas alaciantes e hi- dra- tan-tes con colágeno y queratina de Wellapont.

Una ambulancia del servicio personalizado se salud del reino (SUPUR), partía raudamente con los Hermanos Grimm, en estado de coma.

Blancanieves, debió buscar en otros autores, su nueva ubicación.

Esta es la forma, en que se reescriben las historias.




12.05.2008 21:45 / De la Revolución de los Cuentos

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 Adán y el extraño mensajero.

El cielo estaba aburrido y Adán había perdido su alegría.

Las emisoras de TV emitían óperas, y juegos cuánticos con los premios acostumbrados...

Su fiel amigo " el zapping" había sido asesinado, por una programación pareja e igual en todos los canales. Sentía que sus ambiciones estaban desbordadas.

 Eva estaba alejada organizando un nuevo microemprendimiento. El cuarto de descanso se sentía sólo, sin su amada Eva, la cama estaba sola, sin su amada Eva y él, él.... pensando en él... sin ella. Su inspiración aumentó inesperadamente inquieta, de tal forma que debió ir  a la ducha para sofrenar esa” inspiración”, que nor- mal-mente, le ocasionaba el pensar en Eva...

Sus oídos estaban desacostumbrados al silencio, desconocía nuevos rumbos para sus ojos..., ¡estaba perdido!, totalmente per- di –do.   

Desesperado buscó  su razonamiento y  una  antigua brújula  usada por su tatara abuelo en la expedición  hecha en 2492;  se quitó los zapatos, y salió  a senda 286 oeste de la Colonia.

Allí sólo vio su figura reflejada en las paredes de los edificios, en las baldosas húmedas y pisoteadas, su imagen en el cielo purpúreamente  extenso.   El cansancio hacía flojas las fibras, y le apagaba el corazón.

Por alguna razón (en este punto) recordó, su etapa fetal: el entibiado contorno en el vientre de su madre, ese no hacer, ese no ser más que un micro organismo en un enorme cosmos lleno de fragancias e inaudibles sonidos cómplices conectados  220wats.

Así,  con esa extraña sensación,  iba cuando un pequeño hombre, muy humildemente vestido,  con un sombrero bombín, bajo el cual aparecían dos rubios rulos a los costados,  aparece frente a él  y extiende un sobre con su nombre, diciendo: es para Ud.

 El pequeño hombre tenía un acento extranjero,  un lenguaje antiguo. Mirandolo bien, se parecía a alguien que había visto en aquellos libros que la familia tenía escondidos, libros pecaminosos que hablaban de un ser ... No se podía acordar de aquella leyenda.  Debió salir de aquel  ensimismamiento cuando volvió a sentir  la voz del hombre que decía:

-          Es un pasaje, un regalo.  Agarre, no se lo voy a cobrar. Tiene que ir, siguió diciendo en forma persuasiva, dele, tómelo y vaya;  vaya, y viaje.  Un  Amigo, se lo manda, dele don Adán,  agarre el sobre y vaya. Vaya y conozca, le va a gustar, mire si quiere, yo lo acompaño..., aunque sé bien lo que va a pasar...

Me dicen Petizo,  agregó  como para darle confianza a Adán, el jefe lo manda a buscar. Dice...,  pucha, no me acuerdo bien lo que dice, pero por lo que sé, es que parece que ha creado un nuevo mundo, y lo precisa.  Ya vio, es siempre el mismo, no se resigna,  dijo sonriéndole con ccomplicidad.

El recuerdo de aquel espacio materno se hizo mas intensa, y, Adán  se dejó ir lentamente  comenzaba a convertirse   en  un ser pequeño, cada vez mas y mas pequeño,  que disolviéndose con el mensajero  en la  brisa desapareció.

Foto por ALL ALE




12.05.2008 21:36 / De la Revolución de los Cuentos

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Eva busca un nuevo paraíso.

Eva se sentó en el borde del cielo.

Tomó su teléfono móvil. Envió señales de humo.

Su amiga la serpiente estaba en el árbol del norte

vestida con encajes, comiendo  una manzana  de aromas rojos cuando recibió  el blanco humo,

en tanto  escribía en la PC. Ante el mensaje enviado por Eva, la serpiente pide a un ángel que estaba enyesado enyesado viajar urgentemente y dar a Eva su respaldo que consistía en :

dos partituras de la Flauta Mágica, un poema de Gioconda Belli,

y un cesto con novelas de Corín Tellado. Eva recibe los regalos complacida.

Dibuja con su pinta labios un purgatorio. Sus dedos trenzan pecados de arcilla en el cielo.

Construye entonces,    un hombre que a su imagen y en bicicleta, viaje al laboratorio lunar,  e invente un nuevo sentimiento con íconos gestuales y música del  Grand Wizard Theodore.

Hoy, consume sus días tejiendo su vida, cocinando fantasías y leyendo play boy.

 Foto por eduardo_vt

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